Canalizado por Eric M. La Cruz D., 05 de febrero del 2020
La gratitud es la
gratificación personal ahondando en lo más profundo del ser humano, que va obviando
el juicio previo de las manifestaciones divinas, las cuales se ponen en
práctica para derivar expresiones de amor en el bienestar de todas las
manifestaciones de altas frecuencias, protegiendo la mejor expresión del humano
que trabaja su presente de manera segura, estableciendo bienestar para las personas
que se sitúan en torno; expansiones para sentar el buen juicio colaborando con
la justicia divina, podemos decir que es la obra maestra del justificador
valiente apoyando para que muchos puedan razonar y sentir con mejores ideas en
el camino que disponen para situar sus pre-concepciones con los fundamentos que
son necesarios para su destino, acorde a lo creado en su momento destinándose al
camino que tiene por recorrer con su propia disposición sea al bien o al mal.
Se
esmeran situando sus propias invenciones en su juventud impulsiva, por permanecer
en el afluente energético de las diversas manifestaciones incontrolables, al
final resuenan como el sonido de música estruendosa, sin escucharse melodías
afinadas u agradables para el oído humano; aquí es donde se cometen muchos
errores-vida por no concebirse con ética ni con la honradez debida, considerándose
como estorbo en la displicencia juvenil temprana por la gran masa humana terrestre.
Deben de pensar en tener paciencia, con tranquilidad, con mesura de sus
equivalencias energéticas que se encuentran a su disposición por estar pasando
de etapa en etapa en su reiteración química de su cuerpo físico, imputando
variedad de energías que son consecuencias de la efervescencia de su juventud.
Jóvenes,
no olviden que la mesura y la indiferencia se encuentran presentes en su propia
conducta contradictoria; los extremos ocurren en contados segundos durante su conducta con
tal facilidad que los lleva a cometer errores continuos, generándose
complicaciones en su propio razonamiento-conductual, en donde prima la reacción
automática tan veloz que solo se razona después de haber hecho la exposición de
sus creaciones mentales, sin establecer los límites para que se forme la línea divisoria,
entre el respeto por los demás y la invasión sobre las demás personas que
tienen juicios con criterios basados en sus propias experiencias personales.
Jóvenes,
no se excedan, no sean manipuladores, no cometan el error de pensar como inexpertos
que todas sus propias exhibiciones sean las que tienen más interés, más
relevancia sobre los demás seres; la realidad demuestra que no es así siempre, el
error de su propia conducta se evidencia por no conducirse con la equivalencia
del buen razonamiento con ética, con prudencia, con la posibilidad de ser
permitidas las expresiones de naturaleza interna, donde debe primar el amor con
la bondad puestas en la justicia diaria de su existencia humana.
Si continúan
siendo indiferentes, no es debido a su juicio
elemental propio de la juventud, la razón es porque les
está faltando obtener más amor, más capacidad de razonar respetando a los demás, ignorando en la mayoría de las veces que las consecuencias de sus acciones
se obtendrán como el resultado de sus propias fuerzas que se presentarán, formando
el camino creado por sus mentes-emociones durante su paso por el mundo humano.
La
práctica de vida hace que sus efervescencias se
inhiban en el transcurso del constante ahora, si acceden al amor
incondicional les permitirá que sean tolerantes con las demás personas que poseen su propia identidad, conceptos, creaciones,
criterios, siendo la equivalencia de su propio Yo Interno, viviendo cada uno sus
realidades creadas de acuerdo a su formación educativa en donde insertados se
encuentran los valores de buena fe, debiendo vivir sin hacer daño a las demás
personas, su equivalencia de ser un mejor humano que está colaborando en el
bienestar de sus semejantes.
Debe incrementarse la ayuda mutua, fomentando la colaboración, para
lograr beneficios culturales e intercambiando conocimientos positivos para
su comunidad social.
Los jóvenes deben ser abiertos al buen corazón humano, sus sentimientos
expuestos con la claridad de la luz, en donde la bondad se expanda mejorando la
conducta de las personas que existen en el constante ahora.
Llegado
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